Por qué "a la orilla"?
- Alex Juárez
- 1 abr 2019
- 2 Min. de lectura
A mi padre le gusta la música española, el flamenco en especial. Fanático incansable de "El Cigala"y otros artistas; pero en especial, de compositores cristianos como Marcos Vidal, quien en uno de sus discos, en una colaboración con otros artistas grabaron la canción "Lléname de ti".
Esta canción se ha convertido a lo largo de los años, no solo un recordatorio de mi papá, sino de mi relación con Dios a través de la adoración y en especial una frase que dice "quiero sentarme en la orilla de tu mar de maravillas". De ahí que este espacio se llama "a la orilla".
La orilla de algún lugar o de algo, trae una connotación limitante, es el borde, lo ultimo, y después de la orilla, hay un cambio o en su defecto, el vacío. La orilla de una hoja en blanco nos marca el inicio o el final de la misma. La orilla de la playa nos marca la diferencia entre la tierra y el mar. El borde de una formación rocosa en una montaña, nos muestra que hasta ahí debemos de pisar, a menos que estés dispuesto a bajar a manera de rapel.
Imagino la escena del mar de maravillas que describe esta canción. Una extensión de aguas donde no solo se aprecia Su creación, sino que se vislumbra el reflejo Su poder y gloria. Es ese lugar donde nos encontramos con El cara a cara, y donde podemos mirarle sin tener en cuenta lo demás.
"No importa en que lugar de la mesa me hagas sentar, o el color de mi corona si la llego a ganar. Solo déjame mirarte cara a cara..." otra canción de Marcos Vidal que hace que me vuelva loco. Escuche hace tiempo acerca de la recompensa que recibiremos en el cielo, las coronas en específico, y justo esto me llevo a pensar en "la orilla". Que pasaría si Dios, después de haber sufrido por la causa de Cristo, haber evangelizado, ser misionero, pastor, profeta, apóstol, ministro, líder, ponle el nombre que quieras, te dice "ven junto a mi, toma asiento a la orilla"?
Nuestro curioso mundo cristiano nos mantiene ocupados, haciendo y haciendo. Y mientras hacemos y hacemos, tal vez Dios nos pide sentarnos a la orilla y contemplar. Creo firmemente (y es muy personal), que no hay nada mejor que los tiempos de quietud en Dios, porque es ahí donde nos son mostradas Sus maravillas.
En una cultura ansiosa de ver milagros y prodigios, y con comezón de oír, quiero ser de aquellos que se sientan en la orilla y que permanecen ahí, que invitan a otros a tomar asiento para escuchar la voz del Padre y ver todo desde una mejor perspectiva, Su perspectiva.
No me mal entiendas. Creo en milagros y los he visto, pero nada de eso sería posible ni tiene sentido, si primero no atendemos a Su llamado a sentarnos con El a la orilla...
"Ese mismo día salió Jesús de la casa y se sentó a la orilla del mar. Y se congregaron junto a El grandes multitudes, por lo que subió a una barca y se sentó; y toda la multitud estaba de pie en la playa.Y les habló muchas cosas en parábolas..."
Mateo 13:1-3.
Alex Juárez.

Comments